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Los riesgos y retos de la nueva Europa y el papel de los pueblos

Los riesgos y retos de la nueva Europa y el papel de los pueblos
Los riesgos y retos de la nueva Europa y el papel de los pueblos

A propósito de mi reciente visita al 48 Congreso de Autoridades Locales y Regionales, he podido extraer algunas conclusiones. Dicho sea de paso, desde la humildad, y con desconocimiento de elementos volitivos reales de las grandes potencias, representadas por la aparente lucha en el nuevo orden mundial, por China, Rusia y Estados Unidos, principalmente.

Asistimos atónitos ante líderes europeos aturdidos, que mientras se enfrentan a desafíos de gran calado a nivel interno; como el gasto en defensa, el apoyo incondicional a Ucrania, o que hacer con la incursión de Turquía con un régimen democrático muy en duda, que acaba de encarcelar al Alcalde de Estambul, tiene necesariamente que empezar a plantear una partida a nivel internacional. Y claro, cuando tienes que estar pendiente fuera de casa, las cosas de casa corren irremediablemente el riesgo de pasar a un segundo plano.

La bandera de la Unión Europea sigue siendo la defensa de la Democracia y de los derechos, y en esto, ahora mismo, seguimos siendo líderes indiscutibles, y consolidando la primera plaza, porque en el resto del planeta parece no estar ni en el programa. Puede ser que parezca romanticismo, salvo que le hayas echado una ojeada, con empatía, a una de las Series más vistas en el momento, “Adolescentes”.

Me gusta citar aquella cita del contrato social de Rosseau, y lo he hecho en más de una ocasión. Aquella que dice “El más fuerte no es lo suficientemente fuerte como para ser siempre el amo, sino transforma su fuerza en derecho y la obediencia en deber”. Y por mucho que ahora el mundo parezca cómodo en el desorden y en el caos para aquellos que quieran implantarlo, y tentar a base de guerra con violencia o aranceles… La clave creo que está en el histórico eslogan brasileño; orden y progreso, sumándole el respeto al otro. La represalia, tiene un sentido puntual y de consecución de un fin muy a corto plazo. Y en estos momentos mucho más, donde la globalización hace que tengamos intereses más comunes que nunca. Esto en palmero, se puede traducir “Te van a esperar en la bajadita”.

Nuestro papel en este Congreso era el de reflexionar sobre el momento de la institución que ha transformado los pueblos, y no nos engañemos, la que ha sostenido el sector primario, y la que ha impulsado acciones de innovación y de renovación en muchos rincones del territorio. La que ha reconocido territorios de varias velocidades y ha atendido las diferencias y las dificultades, aunque aún falta mucho por hacer. La que entre todas estas acciones ha ejercido controles de legalidad, y ha instaurado en todos sus Estados miembros una manera de hacer las cosas desde el respeto escrupuloso a sus ordenamientos jurídicos, y todo vinculado con una transformación social sostenible. La que ha apostado con fondos de desarrollo concreto o fondos contra el hambre.

Por ello, entiendo que es el momento que Europa no olvide cómo ha llegado hasta aquí, y que recuerde que hace muy poco, en la segunda Guerra Mundial, estábamos en diferentes ejes, y cómo tiene la posibilidad de aprovechar la descentralización administrativa representada en los Estados, Comunidades y pueblos, para estar pendiente de la casa, y del nuevo marco Presupuestario, a partir de 2028. En el caso de Canarias, con el POSEI, con las cláusulas espejo… y tal y como establece el Tratado un marco financiero que atienda a nuestros pueblos desde la condición de Region Ultrapersiférica (RUP), mientras no deja de enarbolar la bandera del diálogo como método principal de resolución de conflictos, esto es, la búsqueda incesante de la paz, además de la libertad, la igualdad, la lucha contra la pobreza, el respeto a las minorías, la educación, la prevención de menores.

Puede que de repente Europa se haya sentido cenicienta, pero no corramos el riesgo de ser Ogro. Cómo diría aquel Libro de Leopoldo Abadía es “ La hora de los sensatos”. No caigamos en la TRUMP-a.

Jonathan Felipe, alcalde de Breña Alta y comisionado insular de La Palma de la FECAM

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